Fanny Bernal Orozco * liberia53@hotmail.com

 

Una queja que expresan personas que tienen diagnósticos de enfermedad mental es la discriminación y el señalamiento del cual son objeto. Afirman ser juzgadas, señaladas, humilladas, insultadas. Son varias las formas de hacer saber a la otra persona que está siendo rechazada. Algunas de estas actitudes de desprecio comienzan en el entorno familiar y el hogar, a través de comparaciones o comportamientos que vulneran su autoestima.

La discriminación es un estresor que afecta la salud mental de cualquier ser humano y cuando esto sucede, la socialización, la cotidianidad, los propósitos de vida, la vida laboral, familiar, de pareja o académica, sufren alteraciones considerables que impactan y pueden generar diferentes sintomatologías que llevan a graves enfermedades.

La angustia, el miedo, la rabia, el llanto, la ansiedad, inclusive otros trastornos mentales, emergen cuando salen a la calle, van a estudiar o trabajan. Cualquier actividad que signifique conversar con otros, ya está implicando que aparezcan el temor y la incertidumbre.

Una joven, que según sus palabras, considera que tiene unos kilos de más, ha tenido que recurrir a tratamiento psicológico y a tomar medicamentos. Se le dificulta dormir y el solo pensamiento de llegar al salón de clase en la universidad, la lleva a unos estados difíciles de describir, además de los síntomas físicos. Por ello, entonces, mejor decide quedarse encerrada.

Cuenta que la discriminación comenzó por su peso y ahora aumentó porque sus compañeros se enteraron de que está en tratamiento psicológico y además toma medicamentos. Afirma que se encuentra con la autoestima fragmentada.

El estigma social es una actitud relacionada con creencias y estereotipos erróneos y además irrespetuosos. Quienes se burlan o señalan, tal vez no saben -o simplemente no les importa- el daño que infligen con sus nocivos comentarios o actuaciones, que amenazan la integridad de cualquier ser humano.

El autor Ian Meyer (1995) comenzó a utilizar el concepto 'estrés de minorías' para referirse a los grupos minoritarios que debido a la discriminación pueden vivir en un desasosiego constante y sufrir enfermedades como la depresión.

En el medio laboral pasa con alguna frecuencia que cuando los jefes saben que uno de sus colaboradores esta diagnosticado con alguna enfermedad mental y toma medicamentos, le empiezan a generar un ambiente negativo entre los compañeros y en el entorno y hasta le buscan la salida de la entidad o le ponen más trabajo.

Un joven de treinta y cinco años contó lo siguiente: "Por el medicamento me da dificultad estar a las siete de la mañana en el trabajo. He pedido por todos los medios que me apoyen, solo me contestan que es pereza y que no se le puede estar garantizando el sueldo a alguien que llega una hora tarde, así la pague al finalizar la jornada laboral".

El desconocimiento, la discriminación, el irrespeto, las humillaciones y el estigma social pueden ser muy costosos para cualquier persona que esté pasando por situaciones como estas, incluso, pueden poner en riesgo su vida.

 

* Psicóloga - Docente titular de la Universidad de Manizales.

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